COMO REPARO

Ante un golpe que haya dañado la madera de, por ejemplo, una esquina, el primer paso consiste en limpiar bien la zona eliminando los fragmentos y astillas sueltas. Lo mismo ocurriría si quisiésemos sanear una zona de madera podrida. Dado que ha sido arrancado un pedazo de madera seguramente quedará un hueco de bordes muy irregulares plagado de astillas. Deberemos lijar el agujero para facilitar el trabajo de restauración.

Si el agujero o la grieta son muy grandes podemos rellenarlos en parte cortando un pequeño taco de madera que quepa en su interior para cubrirlo posteriormente con pasta o masilla para madera. Ahorraremos pasta para madera y el efecto será el mismo, es más, la zona reparada quedará reforzada con el taco de madera que hemos insertado. Por el contrario, si la zona dañada no es demasiado profunda podremos utilizar únicamente masilla aplicada mediante una espátula.

Ante un daño de cierta envergadura es mejor aplicar la masilla en dos pasos. En un primer momento colocaremos masilla hasta cubrir alrededor del 50% del volumen a rellenar, si hemos insertado un taco de madera podemos aprovechar para fijarlo. Seguidamente dejaremos secar el tiempo indicado por el fabricante, habitualmente unas pocas horas, y aplicaremos una segunda capa de producto hasta rellenar completamente el desperfecto. El resultado será mejor y más sólido que el que se obtendría aplicando toda la masilla de una vez.

Estas pastas o masillas reparadoras para madera se pueden encontrar en diversos tonos (caoba, roble, cerezo, etc.) para justarse lo más posible al color de la madera original.
Una vez se ha secado la masilla deberemos lijar la superficie para dar un acabado fino. Podemos aprovechar también para aplicar productos protectores de la madera antes de volver a pintar o barnizar.

Si el daño se limita a la superficie afectando únicamente al acabado, por ejemplo una rozadura importante o una pequeña abolladura, podemos arreglarlo recurriendo a la goma-laca. La goma-laca es una resina que se presenta en pequeñas barras y de origen natural (generada por insectos). Al igual que la masilla reparadora se encuentra en diversos tonos y colores para adaptarse a los diferentes acabados que pudiéramos tener.  Para aplicar esta resina deberemos calentar la barrita para ablandarla hasta que tome una consistencia líquida y dejar que rellene el desperfecto. Una vez seca podemos pulirla si fuera necesario utilizando una lija muy fina.

Si los daños son aun menores, quizá un simple arañazo en el barniz, generalmente bastará con aplicar ceras para retoques. La aplicación es muy simple: la cera se presenta en bastoncillos que deberemos frotar sobre el arañazo a ocultar. Si el ambiente es frio puede ser necesario ablandar un poco la cera con nuestros propios dedos. Estas ceras también se encuentran disponibles en diversos tonos. El barniz puede repararse utilizando fieltros especiales para barniz. Tanto si aplicamos cera como usamos fieltros, tras esperar a que el producto se seque podemos lustrar la zona con un poco de algodón.

Otro método para reparar pequeños arañazos consiste en utilizar uno de esos rotuladores para madera. Se venden con los tonos de las maderas más habituales y si el desperfecto es muy pequeño pueden disimularlo perfectamente por el simple método de pintar cuidadosamente por encima. El aceite de linaza también es un recurso empleado en este caso.